Edad puente entre la niñez y la adolescencia, cada vez más temprana tanto en niños como en niñas.- Existe un afán adelantador de la adolescencia en las madres y padres, con respecto a esos muñecos y muñecas de 14 a 16 años, que no son más que una nube de indefinición y un cúmulo de “hormonas” de difícil control por el que las porta.-
Los incipientes pelitos del bigote en los niños, y las primeras muestras y gestos sexuales femeninos , convierten a éstos niños y niñas, por impaciencia materna o paterna, en seres falsamente adultos, sólo en el aspecto físico, sin ningún atisbo de madurez , ni siquiera “incipiente”.- Edad francamente difícil, que necesita tanto o más que antes de unos referentes educacionales claros, germinantes del huerto familiar .-Su personalidad es por insegura, tremendamente influenciable, manejable y en muchos casos “anulable” por otros elementos externos (amigos, televisión,Internet, colegio, etc.).-
Necesitan, triunfar y ser respetados dentro del grupo; por lo que se arrastran por sus normas o son marginados y expulsados.- Se les inculca a temprana edad, la competencia, en el beber, en “ligar”, en despertar interés por el resto del grupo, hombres y como no “mujeres”.- Estas últimas a los 13/14 años actualmente desarrollan unos tempranos conceptos de liderazgo y competencia, preferentemente por “el macho” de la manada.- Se pintan, caminan sobre zapatos de grandes tacones, ríen escandalosamente al menor motivo, alardean de móviles como símbolo de independencia, y frecuentemente entran en confrontación constante dentro del hogar, transformando radicalmente la cara de niña mona que exhiben en el colegio, instituto y entre amigos, para erigirse en azote malcarado y carente de comunicación con sus propios padres.-
Si a todo esto añadimos el consabido dicho de.: “es que los chicos no tienen nada para divertirse” y a continuación les arreglamos viejos “pajares” como “peñas” permanentes, para que se “recojan”, beban, fumen, e incluso sean victimas de los primeros trapicheantes de droga…tenemos el explosivo coctel de juventud, del que será difícil en el futuro, abstraernos de sus consecuencias.-
Al loro, que todo esto lo tenemos cerca en cada uno de nuestros pueblos y quizás no lo vemos o no queremos verlo.-
Los incipientes pelitos del bigote en los niños, y las primeras muestras y gestos sexuales femeninos , convierten a éstos niños y niñas, por impaciencia materna o paterna, en seres falsamente adultos, sólo en el aspecto físico, sin ningún atisbo de madurez , ni siquiera “incipiente”.- Edad francamente difícil, que necesita tanto o más que antes de unos referentes educacionales claros, germinantes del huerto familiar .-Su personalidad es por insegura, tremendamente influenciable, manejable y en muchos casos “anulable” por otros elementos externos (amigos, televisión,Internet, colegio, etc.).-
Necesitan, triunfar y ser respetados dentro del grupo; por lo que se arrastran por sus normas o son marginados y expulsados.- Se les inculca a temprana edad, la competencia, en el beber, en “ligar”, en despertar interés por el resto del grupo, hombres y como no “mujeres”.- Estas últimas a los 13/14 años actualmente desarrollan unos tempranos conceptos de liderazgo y competencia, preferentemente por “el macho” de la manada.- Se pintan, caminan sobre zapatos de grandes tacones, ríen escandalosamente al menor motivo, alardean de móviles como símbolo de independencia, y frecuentemente entran en confrontación constante dentro del hogar, transformando radicalmente la cara de niña mona que exhiben en el colegio, instituto y entre amigos, para erigirse en azote malcarado y carente de comunicación con sus propios padres.-
Si a todo esto añadimos el consabido dicho de.: “es que los chicos no tienen nada para divertirse” y a continuación les arreglamos viejos “pajares” como “peñas” permanentes, para que se “recojan”, beban, fumen, e incluso sean victimas de los primeros trapicheantes de droga…tenemos el explosivo coctel de juventud, del que será difícil en el futuro, abstraernos de sus consecuencias.-
Al loro, que todo esto lo tenemos cerca en cada uno de nuestros pueblos y quizás no lo vemos o no queremos verlo.-
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