Este blog, hará un silencio de una semana, volvemos a empaparnos de “tambor”...en La Puebla en Hijar, en Albalate, Urrea, etc. etc….Comienza la primavera auténtica, volveremos a mirar la predicción meteorológica, la expresión del “tiene narices no llueve en todo el año”...pero dá igual, son nuestras fechas, que nadie nos las fastidie, ni el tiempo, ni los envidiosos, ni los afanosos de protagonismo, ni los derrotistas, criticadores y negativos.-
Volveremos a las terrazas, con cerveza en la mesa acompañada de olivitas verdes, mientras absortos observamos, la gente con su trasiego, las caras casi olvidadas, las risas, el llanto de algún niño, las minifaldas adolescentes, las tertulias de bodega y bar, la palmada en el hombro, la mirada a los ojos, la satisfacción en el rostro al encontrar al amigo….todo eso es lo que nos llena,…..pero además está el tambor, nexo de unión, de mezcla palillera de sensaciones, de miradas complices, de dolor de dedos, de brazos, de hombros e incluso de espalda…pero como une el maldito tambor, que embrujo posee para tal poder, al que le gusta, al que disfruta, con el rostro impertérrito, la mirada perdida, mientras bate sus manos aporreando las pieles, con sentido del ritmo, original, sin partitura, saliendo del corazón, del rincón más oculto de la mente, allí está ese ritmo que nos excita, motiva, anima y eleva la serotonina del individuo,.
La puerta de un bar, las esquina de una plaza, el cantón de una calle olvidada, cualquier lugar es propio, mirando al amigo, la novia, la esposa,…..con la complicidad en el semblante, compartiendo tu placer palillero….y recordando…..como nó, a los que no están , a los que sabemos les gustaría estar con nosotros…desde allá arriba, sabiendo que nos ven , nos sienten, nos animan y prenden de nuestro subconsciente, como el imperdible que sujeta el tercerol al cinturón de la túnica.-
Y llegará el día que el tambor callará, nos dejará relajados, exhaustos, rendidos, pero felices, con nuestros dedos encallecidos, nuestros brazos dormidos, nuestra alma vacía….limpios de envidias, odios, incertidumbres e inseguridades, por el pasado y expectantes por el futuro, volveremos a empeñar otro año, …de semana santa a semana santa, o mejor dicho, del cuelgue del tambor, al próximo descuelgue……el cese del toque nos inundará de tristeza, de sensación de final, de lo último de los sentimientos vacios….pero es inevitable, es el ritual, de la vida, de la muerte y de nosotros mismos….quedará nuestro tambor…..nos iremos nosotros, pero siempre estará de testigo de nuestras vidas…..o al menos eso creo………….
Volveremos a las terrazas, con cerveza en la mesa acompañada de olivitas verdes, mientras absortos observamos, la gente con su trasiego, las caras casi olvidadas, las risas, el llanto de algún niño, las minifaldas adolescentes, las tertulias de bodega y bar, la palmada en el hombro, la mirada a los ojos, la satisfacción en el rostro al encontrar al amigo….todo eso es lo que nos llena,…..pero además está el tambor, nexo de unión, de mezcla palillera de sensaciones, de miradas complices, de dolor de dedos, de brazos, de hombros e incluso de espalda…pero como une el maldito tambor, que embrujo posee para tal poder, al que le gusta, al que disfruta, con el rostro impertérrito, la mirada perdida, mientras bate sus manos aporreando las pieles, con sentido del ritmo, original, sin partitura, saliendo del corazón, del rincón más oculto de la mente, allí está ese ritmo que nos excita, motiva, anima y eleva la serotonina del individuo,.
La puerta de un bar, las esquina de una plaza, el cantón de una calle olvidada, cualquier lugar es propio, mirando al amigo, la novia, la esposa,…..con la complicidad en el semblante, compartiendo tu placer palillero….y recordando…..como nó, a los que no están , a los que sabemos les gustaría estar con nosotros…desde allá arriba, sabiendo que nos ven , nos sienten, nos animan y prenden de nuestro subconsciente, como el imperdible que sujeta el tercerol al cinturón de la túnica.-
Y llegará el día que el tambor callará, nos dejará relajados, exhaustos, rendidos, pero felices, con nuestros dedos encallecidos, nuestros brazos dormidos, nuestra alma vacía….limpios de envidias, odios, incertidumbres e inseguridades, por el pasado y expectantes por el futuro, volveremos a empeñar otro año, …de semana santa a semana santa, o mejor dicho, del cuelgue del tambor, al próximo descuelgue……el cese del toque nos inundará de tristeza, de sensación de final, de lo último de los sentimientos vacios….pero es inevitable, es el ritual, de la vida, de la muerte y de nosotros mismos….quedará nuestro tambor…..nos iremos nosotros, pero siempre estará de testigo de nuestras vidas…..o al menos eso creo………….
!!al año que viene, otra vez TAMBOR!!!
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