Lo siento, tengo que decirlo porque lo pienso así, hemos llegado a vaciar de contenido los besos, a base de exceso de uso.-Nos despedimos por telefono mandando besos, en los wassapp, los sms, los email…y sobre todo el periodo cumbre de derroche de besos es en la tan traida y llevada consumistamente Navidad.- Estar de cara al público y encontrarse durante diez días con un aluvión de buenos deseos, buenas noches, felices navidades, feliz año.- ¿Y que me dicen ustedes del feliz año? Repetido hasta la saciedad, antes de acabarse, o después de estrenarse el año.- ¿Qué porcentaje de sinceridad presuponen ustedes a todos éstos mensajes? ¿No sienten desconfianza a muchos buenos deseos? No a todos naturalmente, pero yo pregunto, ¿que hace que debamos desear feliz navidad a todo el mundo?...porqué no limitamos y restringimos dichos deseos a los que verdaderamente y de corazón queramos que les lleguen.- Es una norma de educación? Y porque esa norma desaparece pasados éstos días.- ¿Y porqué todos o la mayoría participamos de este ejercicio de hipocresía máxima.- No hay nada más bonito que un abrazo sincero, un beso cálido, o una palmada en la espalda unida a un estrechamiento de brazos.-Y todo eso no entiendo tenga que salir sólo en Navidad, y el resto del año reine el refunfuneo, la hipocresía por bandera, y el ¡ahí te pudras! Que soltamos a la mínima contrariedad.- El espiritu navideño está en el interior de cada uno, y no en un macrocotillón en el que si tarda a servirte el camarero o se hunden las perchas de los abrigos, la gente acaba a tortazos tras la ingesta debida de los cubatas de rigor.- Venga yá? A quien quieren engañar los publicistas?, que pasen pronto éstos días y volvamos a hacer un ejercicio de convivencia sincera, sin regalitos de por medio u otros señuelos consumistas que nos inundan de un falso e hipocrita sentido del buen deseo y del beso.- Dosifiquemos el beso y se lo enviemos a quien de verdad lo deseamos…..seguro que lo valorará convenientemente.-
Lo siento, tengo que decirlo porque lo pienso así, hemos llegado a vaciar de contenido los besos, a base de exceso de uso.-Nos despedimos por telefono mandando besos, en los wassapp, los sms, los email…y sobre todo el periodo cumbre de derroche de besos es en la tan traida y llevada consumistamente Navidad.- Estar de cara al público y encontrarse durante diez días con un aluvión de buenos deseos, buenas noches, felices navidades, feliz año.- ¿Y que me dicen ustedes del feliz año? Repetido hasta la saciedad, antes de acabarse, o después de estrenarse el año.- ¿Qué porcentaje de sinceridad presuponen ustedes a todos éstos mensajes? ¿No sienten desconfianza a muchos buenos deseos? No a todos naturalmente, pero yo pregunto, ¿que hace que debamos desear feliz navidad a todo el mundo?...porqué no limitamos y restringimos dichos deseos a los que verdaderamente y de corazón queramos que les lleguen.- Es una norma de educación? Y porque esa norma desaparece pasados éstos días.- ¿Y porqué todos o la mayoría participamos de este ejercicio de hipocresía máxima.- No hay nada más bonito que un abrazo sincero, un beso cálido, o una palmada en la espalda unida a un estrechamiento de brazos.-Y todo eso no entiendo tenga que salir sólo en Navidad, y el resto del año reine el refunfuneo, la hipocresía por bandera, y el ¡ahí te pudras! Que soltamos a la mínima contrariedad.- El espiritu navideño está en el interior de cada uno, y no en un macrocotillón en el que si tarda a servirte el camarero o se hunden las perchas de los abrigos, la gente acaba a tortazos tras la ingesta debida de los cubatas de rigor.- Venga yá? A quien quieren engañar los publicistas?, que pasen pronto éstos días y volvamos a hacer un ejercicio de convivencia sincera, sin regalitos de por medio u otros señuelos consumistas que nos inundan de un falso e hipocrita sentido del buen deseo y del beso.- Dosifiquemos el beso y se lo enviemos a quien de verdad lo deseamos…..seguro que lo valorará convenientemente.-
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