Cuatro aspirantes a presidentes por primera vez en éste país de forma conjunta, nos han hecho descafeinar y anular el significado de la palabra “debate”.- Cada uno de ellos frente a un atril, con los puestos previamente pactados, con los temarios de debate encorsetados en tiempo y forma, manteniendo a raya cualquier salida de tono, envolviendo los insultos o acusaciones en papel de regalo, con flor incluida; es decir todo aquello más alejado posible, del contenido debate, cuando lo llevan a cabo, un grupo de amigos de cumpleaños, o unos cuñados en la cena de nochebuena, donde en cualquiera de éstos casos se vuelca la personalidad de cada uno, la visceralidad, la mala leche y la autenticidad, huyendo de composturas y falsas buenas formas. Para empezar en los debates del populacho, no se busca un vencedor ni un vencido, se busca simple y llanamente la confrontación de ideas y opiniones, de forma explosiva, para de dicho choque extraer una que adquiera el m...