La tarde de un día cualquiera, a la caída del sol en una tórrida vespertina cualquiera de los meses de junio, julio y agosto, pasear por la gran vía zaragozana, aporta un descubrir la llamada “dependencia sumergida”….decenas de ancianos, apoyados en su bastón o trasladados en una silla de rueda, porteados y apoyados en cualquier caso por la sudamericana o sudamericano de turno.- A tres euros la hora, de compañía, a 500 al mes las veinticuatro horas, generalmente sin asegurar, cobrando en “b” y ejerciendo una labora de apoyo a la tercera edad, cuyos hijos naturales o políticos son incapaces de asumir.- Por motivos laborales o cualquier otro, el cuidado de éstos ancianos ahora, en otro tiempo nuestros jóvenes padres que nos sacaron hacia delante, está encomendada a una población emigrante, generalmente de raíces sudamericanas, que con mayor o menor entusiasmo, por un sueldo medio basura, atienden a ancianos de clases medias acomodadas, entre la indiferencia y las miradas curiosas de los viandantes de la zaragozana Gran Vía.-
Constituyen parte del paisaje social-urbano, como un reducto tolerado y consentido de ésa macroeconomía sumergida de nuestro país, cuyo mantenimiento impide la algarada y la protesta de colectivos inmigrantes sin trabajo, y que de no ser por ésta actividad, pasarían por serios problemas de supervivencia.-
Es curioso que muchos de esos ancianos, tienen cierto grado de atención, cuando bastantes de sus hijos de clases acomodadas, miraron en su día con cierto desprecio y algún grado de xenofobia, la invasión inmigrante que éste país soportó en días de bonanza, despilfarro y falsa opulencia.-
Estas macro residencias sumergidas en el el ámbito urbano, están patentes y disponibles a nuestra vista, a nada que uno levante la cabeza y observe el variopinto paisaje social que nos rodea.- Mientras las residencias oficiales y legales, se vacían de ancianos por motivos económicos, éste fenómeno social se mantiene con cuotas altas de asistencia.-¿porqué será?
Constituyen parte del paisaje social-urbano, como un reducto tolerado y consentido de ésa macroeconomía sumergida de nuestro país, cuyo mantenimiento impide la algarada y la protesta de colectivos inmigrantes sin trabajo, y que de no ser por ésta actividad, pasarían por serios problemas de supervivencia.-
Es curioso que muchos de esos ancianos, tienen cierto grado de atención, cuando bastantes de sus hijos de clases acomodadas, miraron en su día con cierto desprecio y algún grado de xenofobia, la invasión inmigrante que éste país soportó en días de bonanza, despilfarro y falsa opulencia.-
Estas macro residencias sumergidas en el el ámbito urbano, están patentes y disponibles a nuestra vista, a nada que uno levante la cabeza y observe el variopinto paisaje social que nos rodea.- Mientras las residencias oficiales y legales, se vacían de ancianos por motivos económicos, éste fenómeno social se mantiene con cuotas altas de asistencia.-¿porqué será?
Comentarios
Publicar un comentario