Asistiendo el viernes a la presentación de dos libros de autores aragoneses, en una de las librerías alternativas más castizas del barrio de Malasaña, uno siente un tele transporte a nuevos conceptos de literatura, de relación y en definitiva de vida social, con gente de lo más variopinto, en edades y pensamientos.-Jóvenes y no tan jóvenes, compartiendo espacio físico de pensamiento literario.-
Paseando por el viejo Madrid, cenando pizza, bebiendo cerveza en la plaza Dos de Mayo bajo un cielo estrellado capitalino, con ligera brisa de la sierra, que no cierzo; uno siente una liberación mental de los problemas cotidianos.- Por unas horas, el conocer nuevas personas, en un ambiente distinto al habitual, te produce una sensación de creencia y confianza en que existen otros mundos, tan lejanos y tan próximos a la vez que interesantes y atractivos.-
No existen rincones anónimos, en cualquier acera o plaza madrileña, uno se encuentra con gente de Aragón (Zaragoza, Alcañiz, etc) donde te saludas más efusivamente que en los lugares de origen.-Incluso las diferencias, sociales o políticas, parecen menos paseando por la Gran Vía, o cerca de la tan cacareada Puerta de Alcalá.-
Y en la mañana de sábado está “Sol”, un espectáculo retrospectivo y actual de la variedad humana en todos sus conceptos….las colas de compradores en “Doña Manolita” o sus recambios, sudamericanos con chalecos amarillos comprando “oro”, el gitano cantando canciones flamencas micrófono en mano, mientras su pareja pasea el plato mendiguero; los abuelos manifestándose por las “preferentes”, megáfono en mano vociferando a diestro y siniestro….y los vendedores de globos, manteros y mendigos varios apostados en las fachadas aleatorias de la riqueza que enarbola el Banco de Santander.-
Y luego está el vecino de barra de bar, anorak casposo y mugriento, pelo desarrapado, barba y boina medio calada que camufla un despistado “gallego”, con ojos llorosos y media sonrisa burlona, mientras sujeta con fuerza la deseada copa de vino blanco……es la grandeza y la miseria de Madrid.-
Pero después de pasear sus calles, uno tiene la sensación de haber recorrido todo el mundo social posible, el correcto y el políticamente incorrecto, por supuesto………………………y porqué no, pongamos que hablo de Madrid o de cualquier lugar de éste país.-
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