He heredado de un compañero de trabajo y sin embargo amigo, este instrumento básico de viento estridente y molesto, que envuelto en su plástico de colores “rojo” o “azul” nos ha servido en varias manifestaciones en defensa de nuestro puesto de trabajo.-Con unas breves palabras escritas en un papel dejando la sensación de que quizás no ha servido de mucho.-“Nos han jodido los del pito azul y los del pito rojo”, e incluso dudó en romperlo antes de mandárnoslo, pero dejando a mi elección tal responsabilidad.-
Yo sé creo que nos ha servido, y mucho, para conocernos , vincularnos a un objetivo, quizás inalcanzable desde el principio aunque nosotros nos resistimos a verlo así.-Se que para él, afectado ahora por un despido medianamente aceptable, el hecho de callejear con el silbato en la boca, rompió sus esquemas educacionales de toda su vida.-
Para mí ha supuesto mucho, muchísimo…entre otras cosas que personas y compañeros, descubriesen su cara, a menudo oculta en una careta amable.-Nunca es tarde en la vida, para afrontar situaciones de tensión extrema, que te ayudan indudablemente a estrechar lazos con grandes personas y compañeros instalados muy cerca , pero que a veces por esa cercanía no valoramos adecuadamente.-
En todos estos procesos, como no, existen las decepciones, amargas y duras, aunque ciertamente forman parte del recorrido por la vida, que a veces le hacen sentir a uno, orgullo y otras vergüenza de pertenecer al colectivo humano.-No todo es decepción ni mentira, existen personas de una humanidad y solidaridad tan inmensa, que a veces hasta les oculta físicamente.- He sufrido el proceso de ruptura de una empresa de más de 1.200 empleados, con el clima social fragmentado y herido de muerte.-Pero simultáneamente he descubierto grandes personalidades que parecían ocultas en la medianidad que a veces unos objetivos empresariales dirigidos por unos ineptos, habían designado sin escrúpulos, para ellas.-
Tristeza, orgullo, decepción y muchos más adjetivos serían aplicables en lo vivido laboralmente en los últimos tres meses, aunque estas sensaciones cada día me hacen sentir más vivo.-
Hasta siempre, compañeros, para los que se vayan, con el deseo sincero e intenso de que disfruten de una nueva etapa de la vida.-Los que quizás nos quedemos, intentaremos mantener entre los más cercanos, la entereza como personas, como trabajadores, con corbata o sin ella.-
Guardaremos el silbato como símbolo del recuerdo y por si hace falta utilizarlo otra vez.-
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