En un momento de la madurez de la
vida, en todos sus ámbitos, personal y profesional; los
frenazos bruscos por motivos de salud, o porque la vida de un giro de
180º totalmente inesperado; pueden producir situaciones de soledad no elegidas por el
individuo.-
Recordemos que ante el empuje
diario de ésta sociedad actual, se necesita urgentemente recuperar
espacios o parcelas propias de aislamiento momentáneo, que le faciliten una
reflexión en parada, que permita una
nueva toma de impulso.-
No sucede igual, cuando la
soledad se genera de forma continua ante un seco frenazo que afecta
directamente a la sociabilidad individual.-
¿Cuándo se detecta soledad por el sujeto?...Sin dudarlo, cuando por motivos ajenos, está sometido a relaciones
espacio-tiempo demasiado extensas en el día a día.- La reflexión ayuda, si es breve,
concisa y manejada por ti en su tiempo.- Cuando éste último es quién la maneja,
se produce el riesgo de caer en la obsesión o quizás la fobia mental.-
Personalmente, en un mundo
sometido al estrés laboral, por exceso o por defecto, sujeto actual, se siente
sólo porque el resto que le rodea, no puede parar a reconfortar los despojos
del padre, del esposo, del amigo; entre otras cosas porque no quiere ser parte
ni afecto por ningún sentimiento de soledad coparticipe.- No quiere, ni debe ni
puede para no ser engullido por el mundo de ahí afuera.-
Y llegan momentos duros, esos en
los que verdaderamente eres consciente de que tu vida ha cambiado bruscamente;
cuando miras tu teléfono o piensas en a quién llamar, o repasas tus contactos
de casa, para ver el de aquel amigo o amiga del que hace tiempo no sabes nada,
cuando paseas por la calle de la ciudad y al ver una cara conocida, te alegras,
y le dedicas diez, quince o los minutos que él te permita.-
Desarrollando más de 35 años de
vida profesional, hablando con la gente, atendiendo al público, haciendo
contactos de nuevos amigos, conociendo a otros no tanto, en fin, en la
trinchera de la sociabilidad diaria y constante, el apartado involuntario,
produce sin duda un amplio desasosiego, variable entre la tristeza y la
depresión y que sólo tiene un tratamiento la lucha diaria contra la apatía y la
soledad no elegida.-
El mundo está ahí fuera, lleno de
alegrías, decepciones, ilusiones y desilusiones, pero hay que vivirlo,
consumirlo y saborearlo, entre otros motivos, porque sólo hay un cartucho en
ésta escopeta traidora que llamamos “vida”.-
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