LA ABEJA NO SABE VOLVER A SU PANAL
La abeja hace ochenta y cinco
años que nació, y como ser vivo especial
generosa, se la llamó, sus
padres lo decidieron,
Nadie la consultó, y desde el
primer día voló con aire marcial
Sus hermanas abejas y sus
hermanos abejorros, detrás de ella nacieron. -
Sueltos al mundo, sin más,
rodeados de campos de trigo,
Con ganado ovino al pastar,
escasa agua para beber,
Con algún regalo especial,
como de manjar un higo
Rebosando su tripa rayada, por
hacer lo que no debiera hacer. -
Rodeados de otros enjambres,
la competencia comenzó a saltar
Cual grillo triste de bancal,
a la sombra de un leñero
Las familias de abejas cada
una cuidaba su panal,
Dia tras día, semana tras
semana, de enero a enero
Sin darse cuenta, pasado el tiempo,
la abeja generosa,
Creó su propio panal, con dos
abejorrillos
Trabajando, más y más, como
quien dice cualquier cosa
Años áridos y secos, ventosos
y sin ahorrillos. -
En invierno al calor del fuego
del leñero
En verano, al sufrido sótano
Como lo más importante
sobrevivir es lo primero
Nuestra abeja se hace maestra,
en guardar su panal primero
Sus abejorrillos van creciendo
para volar del panal
Y formar con sus parejas, otra
vida, más o menos lejos
Como de su abeja madre
aprendieron a vivir fuera del mal
Creando sus abejorrillos,
solitarios o parejos,
Trabajando y rebajando,
nuestra abeja generosa,
Envejece imparable, sonriendo
en su panal
Unas veces sola, aburrida, y manitosa
Y aun pasando y pasando el
tiempo, siempre la encuentras igual
Pero un día después del
trabajo,
Nuestra abeja empieza a notar,
probando dos veces la miel
que ha olvidado coger comida,
como siempre al salir del tajo
Y de camino al panal a dudado
un par de veces
Sobre el camino diario a coger
¡Que tonta me estoy volviendo
¡
Tiene antena par diez que
viniendo casi ochenta años
Se me vaya a olvidar, como volver.
-
Como tantos años lo hice, con
querer o sin queriendo
Por un charco de lluvia pasé,
Y como coqueta que por Dios fui,
Al mirar mi cara y mis
antenas, otra vez
Juro que no reconocí, aquel
semblante que ví
La noche se fue acercando, con
la abeja lejos del panal,
Su tristeza creciendo,
conforme aumentaba el frio
Asumiendo sin reproches que
llegaba su final,
Agradeciendo en grado sumo,
por todo lo que en vida vio
Pensó ¿que quien era ella? y a
este mundo ¿a que llegó?
Al lado de una hoja de morera,
para de la lluvia refugiar
El tiempo lentamente pasarlo vio
Olvidando amar y a su panal,
lentamente llegar
La luna en todo lo alto, los
grillos al cantar
Con el sonido del viento, que
aumentaba su ansiedad
Acertada y convencida de que
nadie la iba a salvar
Plegó sus viejas antenas,
cerrando sus grandes ojos,
Suspirando profundo y
tranquila, todavía aún pensó
Porque motivos no pudo volver
a su panal
Y la abeja generosa en el
bosque murió
Sin que nadie le dijera que el
alzhéimer la mató.
AUTOR: Mestevi
Zaragoza 25/11/17
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