Este es el vivo ejemplo de lo que transmito.-Todo un ministro de Justicia, con mayúscula, de éste país llamado España es capaz de lanzar mensajes demoledores contra cualquier principios social de progreso e igualdad en el caso del derecho a la mujer para decidir y aceptar o no su maternidad, cuando previamente se la ha diagnosticado lesiones graves en el feto fecundado en su vientre.-
Con una política gubernamental, demoledora y destructora de todo tipo de apoyos económicos, a la ley de la dependencia; constantes recortes a centros y asociaciones dedicadas a la tutela de discapacitados físicos y psíquicos; no parece ni el momento ni el lugar más adecuado para lanzar una soflama disfrazada de “ética” en defensa de la vida, anulando el derecho al aborto, cuando se tienen serios diagnósticos de lesiones graves en el principio de su vida.-
Parece injusto, inhumano y carente de toda ética, condenar a una nueva vida, a sus padres y familiares, a una condena de existencia en una sociedad desprotegida y desamparante con los débiles sociales y económicos.-
¿Quien es el ministro de Justicia, para denegar el derecho al aborto en éstos casos, renegando y despreciando las ventajas de la ciencia y la investigación médica, que permiten un avance en la calidad de vida, como garantía de que cada uno de nuestros ciudadanos alumbrado en éste mundo, tenga al menos la oportunidad de sobrevivir en igualdad de condiciones que los plenos de facultades físicas y psíquicas?
Señor ministro de Justicia, su sentido y aplicación de la misma, tiene otros muchos caminos pedregosos por recorrer, que seguramente serán más reconocidos, si lo logra…de cara a la ciudadanía sufrida y machacada en éstos tiempos por escándalos judiciales, que les preocupan más que la cortina de humo que con el derecho al aborto nos lanza.-
El psiquiatra alemán Viktor Frankl describe su experiencia en un
ResponderEliminarcampo de concentración nazi:... en medio del castigo humillante, un
preso dijo: "¡Ah, que vergüenza si nuestras mujeres nos viesen
así!". El comentario me hizo recordar el rostro de mi esposa y, en
el mismo instante, me sacó de aquel infierno. La voluntad de vivir
volvió, diciéndome que la salvación del hombre es para y por el amor.
Allí estaba yo, en medio del suplicio y, aun así capaz de entender
a Dios,porque podía contemplar mentalmente el rostro de mi amada.
El guardia nos mandó pasar a todos, pero no obedecí, porque no
estaba en el infierno en aquel momento. Aunque no pudiese saber si
mi mujer estaba viva o muerta, eso no cambiaba nada.
Contemplar mentalmente su imagen me devolvía la dignidad y la
fuerza. Incluso cuando se lo quitan todo, un hombre aún tiene la
bienaventuranza de recordar el rostro de quien ama, y eso le salva.
Un amigo me dió un consejo: cuando estés triste dedícate a
contemplar el paisaje.