No es tan difícil, se trata de con una pequeña sonrisa acompañar las palabras.: ¡Hola! ¡buenos días!...cuando entramos a un bar, a una farmacia, a un banco, a la perfumeria, la gestoría, cualquier comercio, el taller, la carnecería, la visita del médico, cualquier sitio, donde nosotros invadimos el espacio de los demás; espacio laboral, intelectual, de cualquier clase, como muestra de respeto al que nos recibe, de decirle con dos palabras que nos alegramos de entrar allí, seguros del buen hacer y predisposición del que nos está recibiendo.- Porque no probamos a hacerlo, rompe el hielo, facilita la "empatía" ayuda a predisponer al que nos recibe a solucionar nuestro problema, demanda o cuestión.- No se imaginan ustedes el poder de estas dos palabras con sonrisa en la cara de un adolescente, de un joven, anciano, ama de casa o cualquier individuo...el valor añadido que aporta a la personalidad desconocida del recién llegado.-Transmite afabilidad, cariño y respeto hacia el que nos recibe.- Estoy en un sitio público donde desde hace años observo formas de entrar y desde luego con estas dos palabras aderezadas de algún "por favor" desarman al malcarado,desagradable, malhumorado y cabreado que en muchos sitios nos encontramos al realizar nuestras gestiones de todo tipo.- Y si no se consigue, no las demos por mal empleadas, dejan a cada uno en nuestro lugar y desde luego revalorizan la presencia del que las emplea.-La calle, es también una buena puesta en práctica de éste saludo, verán que si la utilizamos con más fuerza ante el vecino que nos odia e indigna constantemente, surten el efecto del vinagre en la herida del amargado y eternamente cabreado.- Es difícil, pero no imposible, ¿porqué no probamos? ¿tanto nos cuesta? Es importante el saludo con palabra y sonrisa, no me vale con un levantamiento de cejas en plan mudo a lo Charli Chaplin, sin despegar palabra; es preferible cambiarse de acera o no entrar al espacio publico, si no queremos saludar no saludamos, pero no quedarse a medias, recordad ante un buen ¡hola! ¡buenos días! con mano incorporada, es difícil no contestar.-
El mundo por Montera Capitulo primero Amanece en Puebla del Duque, un municipio de Aragón, el treinta de noviembre del año 1933; mañana plomiza, de frescor y humedad mezclados, convirtiendo el cierzo suave, en un aviso atenuado del frio invernal y lluvioso que en éstas tierras se prodiga, alternando alguno seco cargado de hielos (chupones o carapitéeles) que fiel a su cita anual suelen comenzar su presencia, para la Inmaculada. - Lentamente, comienza la actividad, los carros cruzan la plaza y la calle mayor en dirección a los campos de extrarradios, Camino del Duque, el Bolar, la huerta los pochos, los tres caminos, la foladaza; la remolacha está esperando en los campos de pequeños minifundistas, las manos secas y regadas de cribazas, de los hombres y sus mujeres, mientras arrean las mulas que tiran de carros con ruedas de madera y llanta de hier
Estoy totalmente de acuerdo, yo tengo automatizados muchos gestos “de buena educación”, y en ocasiones en el rellano o en la entrada cuando he saludado a alguien que no conozco me han mirado incluso con miedo, al principio pensaba que era por mi aspecto..pelo largo, barbas, coleta, pero no, la gente se sobresalta porque ha perdido la costumbre del saludo. Incluso se asustan cuando entran cargados y les sostienes la puerta, no pierden de vista su compra. En resúmen se llega a sospechar de lo que debería ser habitual. Así que..a ver si somos capaces de cambiarlo ... besos Mariano.
ResponderEliminarBuenos días Mariano
ResponderEliminarel Mestizo