Nací a 500 mts. de éste edificio, grandioso, imponente, cargado de historia, envuelto en un aire "isabelino" de principios de siglo, recuerdo el pitido de madrugada de la locomotora del expreso costa-brava, aquel sonido de rompedor que los visitantes a mi casa, decían truncarles el sueño, y que yo toleraba parfectamente como un elemento más de la noche, sin el cual la vigilia parecía partida.- Su patio de entrada principal, sus dos salas de espera, su primera calefacción que servía de cobijo en las frías tardes-noches de invierno a cuadrillas de "zagales" que pasábamos horas y horas, jugando al escondite, entre salas, andenes, cantinas y servicios "publicos".- Recuerdo la figura del jefe de estación, que bandera en mano mientras esperaba al correspondiente "ferro bus" que venía a las 20,30 horas de Zaragoza, nos arengaba y gritaba, para que abandonasemos el recinto.....El ferro bus (tren de fabricacion italiana, propulsión de gas-oil) llamado también tren de los sabatinos, aquellos primeros jóvenes emigrantes a la ciudad, en busca de trabajo, que semana a semana volvían a ver a sus novias y amigos, en aquellos cortos fines de semana, volviendo a Zaragoza en la madrugada del domingo.- Por sus salas, sus bancos y andenes, se han cubierto importantes horas de la historia de La Puebla, a veces felices y otras trágicas, como cuando llegaban noticias alrededor de la estación de que alguien se había tirado al tren, y entre dichas tragedias aquella de mi infancia cuando un rápido a Barcelona truncó la vida de seis personas que una fría tarde de Diciembre cruzaron la vía en una furgoneta cargada de olivas....seis personas del pueblo que conmocionaron a mayores y pequeños.- Recuerdo la visita del tren tambor, cuando el viernes santo acudíamos a recibir a visitantes de Zaragoza, a nuestra semana santa, y todavía recuerdo en el fondo de mi retina, el cantinero de la estación con un cubo de cinc vendiendo helados en verano a la llegada de los trenes correo.-Impresionantes historias desarrolladas y vividas a lo largo de andenes, cantinas, porches de carga y máquina giratoria........Eres parte de mi infancia y adolescencia y siempre lo serás.........
El mundo por Montera Capitulo primero Amanece en Puebla del Duque, un municipio de Aragón, el treinta de noviembre del año 1933; mañana plomiza, de frescor y humedad mezclados, convirtiendo el cierzo suave, en un aviso atenuado del frio invernal y lluvioso que en éstas tierras se prodiga, alternando alguno seco cargado de hielos (chupones o carapitéeles) que fiel a su cita anual suelen comenzar su presencia, para la Inmaculada. - Lentamente, comienza la actividad, los carros cruzan la plaza y la calle mayor en dirección a los campos de extrarradios, Camino del Duque, el Bolar, la huerta los pochos, los tres caminos, la foladaza; la remolacha está esperando en los campos de pequeños minifundistas, las manos secas y regadas de cribazas, de los hombres y sus mujeres, mientras arrean las mulas que tiran de carros con ruedas de madera y llanta de hier
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