Les molesta que critiques a los que ellos consideran "los suyos", te hablan a gritos en la calle, en la terraza y dentro del bar.- Para ellos el echo de no vivir toda la semana en el pueblo, te inhabilita para que puedas opinar o criticar cualquier gestión social o municipal.- Si no te gritan, te miran por encima del hombro y cuando te das la vuelta sueltan un.: ¿pero que se ha creído éste?....si haces algo, te critican por lo que haces, si no haces nada eres más tolerado; es más cuando vas al bar, juegas al guiñote, hablas del Madrid o del Barcelona, entiendes de Formula Uno y no lanzas critica alguna sobre el pueblo, mereces su total compadreo.-El vive feliz en tu pueblo, adora sus calles, edificios, flores, procesiones y homenajes; constituye una gran receta para no tener problemas con nadie.- Y no digamos si además de no vivir en él, tampoco has nacido; entonces estas incapacitado totalmente para opinar.- Afortunadamente no son todos, hay muchos que no son palmeros, meapilas y por el contrario tienen ideas y opiniones que les gusta exponer en grupo civilizado de personas, con premisas de respeto y demostrando que muchos de nuestros ciudadanos viven permanentemente preocupados por el presente y futuro de nuestros pueblos.- Entre otras cosas, porque son "nuestros", en ellos nacimos y probablemente volvamos en nuestra vejez, cuando el frió urbano nos expulse de la ciudad.-
El mundo por Montera Capitulo primero Amanece en Puebla del Duque, un municipio de Aragón, el treinta de noviembre del año 1933; mañana plomiza, de frescor y humedad mezclados, convirtiendo el cierzo suave, en un aviso atenuado del frio invernal y lluvioso que en éstas tierras se prodiga, alternando alguno seco cargado de hielos (chupones o carapitéeles) que fiel a su cita anual suelen comenzar su presencia, para la Inmaculada. - Lentamente, comienza la actividad, los carros cruzan la plaza y la calle mayor en dirección a los campos de extrarradios, Camino del Duque, el Bolar, la huerta los pochos, los tres caminos, la foladaza; la remolacha está esperando en los campos de pequeños minifundistas, las manos secas y regadas de cribazas, de los hombres y sus mujeres, mientras arrean las mulas que tiran de carros con ruedas de madera y llanta de hier
Plas, Plas, Plas...
ResponderEliminarAsí es, en una ocasión escuche, el que se va a vivir fuera ya es folastero, lo mire y no dije nada pense, menos mal que todos no son así.
ResponderEliminarNací, me crie y por circustancias laborales marche , pero me siento del pueblo y morire con ese sentimiento.
Voceros, palmeros, apludidores, siempre abundaran en este mundo y en este pueblo, sobre todo porque muchos lo único que ven es su ombligo y su mundo se reduce a eso. Es el mundo del yo,yo y yo. Y si por educación no los mandas a tomar por el culo, se sienten en posesión de la verdad y la razón....ZOQUETES.
ResponderEliminarPor desgracia no pasa en un sólo pueblo, el hecho de que opines y no estés viviendo todo el año en el pueblo algunos lo llevan muy mal. Pero es una simple excusa, lo que llevan mal es que opines diferente a ellos.
ResponderEliminarExcusa que no es más que una muestra de xenofobia paleta y de ombliguismo exarcebado.
Estos que critican a los que opinan y hacen, son elementos de atrezzo. Si dejan el escenario libre que no se quejen de que vengan actores a ocuparlo. Si no fuera por ello, nuestros pueblos sólo serían decorados como los de los Spagueti-Western de Almería.
Además ¿quién se atreve a juzgar a quién se ha tenido que ir a ganarse la vida fuera y cada vez que puede vuelve a su tierra porque la quiere y la añora? ¿Quién se atreve a juzgar a aquel que desinteresadamente en su tiempo libre lucha por su tierra, realizando actividades, colaborando, apoyando, etc? Sólo un pobre imbecil.
El escenario es grande y todos cabemos.
Este articulo da lugar a pensar que desde aqui tampoco gustan las criticas. Pensemos que hay muchos cerebros en el mundo, que no son todos iguales y que el que da su opinion se moja, pero tambien le puede venir una replica tan valiosa como la suya. No todo el mundo piensa ni se comporta igual. Gracias a Dios.
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