No tiene estudios superiores, pero entiende su trabajo como un reto a la superación.- Cada día al levantarse, piensa que puede ser un día mejor que el anterior, en el que se desarrollaran alguno de los proyectos personales que sus sueños le alientan y renuevan constantemente.-
La motivación es algo que se retroalimenta de lo más profundo de cada uno, aliado con una buena dosis de autoestima, en lo personal y en lo profesional.-
Lo profesional, dícese de aquello que un individuo realiza con preparación, experiencia y esfuerzo en la realización de un trabaja, un proyecto o una idea.-
Ese que se hace así mismo, a través de la experiencia, la ilusión y el creer constantemente que uno es capaz de casi todo lo que se proponga.- Pero luego viene, la desazón, la angustia, y la autocomplacencia en el inmovilismo que a veces se instala en lo más cercano de nuestras neuronas, como un elemento bloqueante de cualquier reto batible, que en la mayoría de los casos, el entorno y los que nos rodean, se empeñan en convertirlo en imbatible.-
La tenacidad, la capacidad de destrucción de los pensamientos negativos, que a cada ser humano nos asaltan, día a día, o minuto a minuto…es un termómetro de ilusión y superación, por el que merece la pena luchar.-
Los grandes proyectos, no siempre los ejecutan los más preparados o los más titulados.-Tenemos ejemplos diarios y cercanos de éxitos enarbolados por aquellos que la sociedad o los malos vecinos, se empeñan en tildar de “mediocres” e “incapaces”.-
Los límites de uno mismo, están donde nosotros los marcamos.-Lo difícil es auto convencernos de que somos nosotros los que desplazamos “la línea” que los define, en función de nuestro impulso y motivación.-
Si no nos asustase el fracaso, no nos frenaría nada nuestro impulso.- Pero ¿Qué es el fracaso?..quizás un camino más, por donde deambula el trabajo, del que hace algo, emprende algo o intenta algo.-Desmitificando el fracaso, conseguiríamos romper todas las barreras a la iniciativa y el desarrollo, de la persona en lo colectivo y en lo individual.- Reconociendo “el triunfo de lo individual” como el alimento necesario para mantener lo colectivo.-
Esta sociedad marca unos cánones de conducta, limitados en la imagen física y en la edad.- Esta última marca el límite para considerar valido o inválido a un individuo, en según qué actividades y proyectos.- Vivimos la sociedad en la que a partir de los cincuenta y pocos años, un individuo pierde un valor considerable por parte de las empresas o los competidores.-
Desperdicio humano irreparabla, que solo él tiempo dirá, porqué sociedades del trabajo como la japonesa, son tan diferentes y dispares a la nuestra, en cuanto al aprovechamiento del caudal experiencia, de todos aquellós que a través del camino de la vida, han conseguido el mito de "hacerse a sí mismo".-
Toda mi vida he sido un autodidacta y me encanta esa forma de aprender y avanzar. Tú mismo regulas tu propio aprendizaje y te vas automotivando para construir el entramado de acceso al conocimiento. ¡Es estupendo! Saludos. JL Pueyo
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