Dicen que el efecto informativo, produce una reacción contagio, vamos que cuanto más se habla de ello, más se repite el fenómeno.- Los incendiarios urbanos, ya no se conforman con contenedores, han descubierto un nuevo aliciente destructor, los trasteros de los garajes, una vez forzados, son un bonito acicate, para las llamas de éstos vándalos, que no respetan un sentido mínimo de la propiedad.-
En barrios de gente trabajadora, con muchos habitantes sufriendo el azote del paro, estas bandas se dedican a quemar a su paso contenedores y trasteros, con la gravedad de consecuencias que éstos últimos pueden acarrear.-
He sido joven y a veces un poco gamberro, pero había un factor educacional del ámbito familiar, que instalaba una neurona bloqueante, cuando como ser humano, me atacaba el instinto gamberro, que casi todos llevamos-
El respeto a la propiedad ajena, al orden social establecido, no partía de ningún profesor en clases de educación para la ciudadanía, partía de un ámbito familiar, donde el ejemplo de la lucha y el esfuerzo de los padres, para adquirir cualquier bien o derecho propietario, llevado al máximo grado; calaba en nuestras mentes como un logro de esfuerzo y sacrificio, con el que sólo los pobres asalariados podían soñar.-
Lo que costaba, adquirir, una moto, un coche, una vivienda, hacía sentir el más profundo respeto hacia el propietario, en cuanto la similitud y coincidencia de nuestros esfuerzos para alcanzarlo.-
Nunca he entendido, la violencia por sí, los gamberrismos destructores de lo público y lo privado, carentes de cualquier mínima satisfacción para el que lo genera.-
Pero parece, que para todos no es así……..sigo sin entenderlo, que alguien me lo explique por favor.-
En barrios de gente trabajadora, con muchos habitantes sufriendo el azote del paro, estas bandas se dedican a quemar a su paso contenedores y trasteros, con la gravedad de consecuencias que éstos últimos pueden acarrear.-
He sido joven y a veces un poco gamberro, pero había un factor educacional del ámbito familiar, que instalaba una neurona bloqueante, cuando como ser humano, me atacaba el instinto gamberro, que casi todos llevamos-
El respeto a la propiedad ajena, al orden social establecido, no partía de ningún profesor en clases de educación para la ciudadanía, partía de un ámbito familiar, donde el ejemplo de la lucha y el esfuerzo de los padres, para adquirir cualquier bien o derecho propietario, llevado al máximo grado; calaba en nuestras mentes como un logro de esfuerzo y sacrificio, con el que sólo los pobres asalariados podían soñar.-
Lo que costaba, adquirir, una moto, un coche, una vivienda, hacía sentir el más profundo respeto hacia el propietario, en cuanto la similitud y coincidencia de nuestros esfuerzos para alcanzarlo.-
Nunca he entendido, la violencia por sí, los gamberrismos destructores de lo público y lo privado, carentes de cualquier mínima satisfacción para el que lo genera.-
Pero parece, que para todos no es así……..sigo sin entenderlo, que alguien me lo explique por favor.-
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